Comentario
Una faceta importante durante el Paleolítico Superior es la pintura rupestre en cuevas y abrigos rocosos. Sin que en ningún momento alcance la relevancia que tiene en el Viejo Continente, cada vez tenemos mayor constancia de su valor en la visión del mundo y el ritual del hombre de finales del Pleistoceno.
En Norte y Centro América lo cierto es que las representaciones apenas incluyen escenas de fauna extinta, sino animales típicos del Holoceno, y muy raramente grandes herbívoros. En diversos abrigos y cuevas de Sonora y Baja California, en la cueva de Loltún en Yucatán y en Oaxaca aparecen hombres atravesados por flechas, escenas de caza y pesca, venados, águilas, alces, etc.
En América del Sur, se han encontrado en similares ambientes formas negativas o improntas de manos en el sur de Argentina, con puntos, cruces y círculos, combinados con un estilo de escenas de cacería y diversos motivos geométricos. En Lauricocha y Toquepala, Andes Centrales, se ha hallado más de un centenar de figuras de hombres y animales en distintos momentos de persecución y caza. Todas ellas se han interpretado dentro de un contexto ritual y de ceremonias de propiciación.